La historia de Rebecca M.

La biografía de Rebecca M.

Rebecca, originaria de Texas, de 57 años, comenzó a fumar cigarrillos mentolados cuando era adolescente. Tenía miembros de la familia que fumaban mucho, lo que influyó en que comenzara a fumar. “Crecí en un ambiente donde todos a mi alrededor fumaban. Como una joven de 16 años tratando de encontrar mi camino, simplemente adquirí el hábito”, afirmó.

Como les pasa a muchos que han dejado de fumar, la travesía de Rebecca para dejar el cigarrillo estuvo llena de obstáculos. Dejó de fumar por 7 meses en el 2002, pero volvió a hacerlo mientras pasaba por las dificultades de su divorcio. Se deprimió y volvió a los cigarrillos de nuevo, pensando que podrían ayudarla a lidiar con sus sentimientos. Por el contrario, se sintió peor. “Volví a esta autodestructiva adicción. Era simplemente un círculo vicioso, vicioso”, dijo.

La lucha de Rebecca contra la depresión no era la única razón por la cual quería dejar de fumar. Su padre murió después de tener un ataque cardiaco grave relacionado con el cigarrillo. “Vi deteriorarse a muchos de mis familiares que fumaban; literalmente, sus cuerpos se deterioraban a medida que envejecían. Así que cuando eso empezó a pasarme a mí, la realidad me golpeó en la cara”. Rebecca supo que su salud estaba en peligro cuando presentó enfermedad grave de las encías, un riesgo para las personas que fuman. Necesitó un gran procedimiento dental —incluidos injertos de hueso y, finalmente, implantes dentales— para remplazar los dientes perdidos.

Rebecca decidió dejar de fumar cuando nació su nieto. Quería ser un buen ejemplo y nunca fumar cerca de él. Entonces dejó de fumar y se comprometió a tener un estilo de vida más saludable, lo que incluyó buscar atención médica para su depresión. “Finalmente me di cuenta de que tenía que ocuparme de mí misma, por mi propia felicidad y salud. Tenía que dejar de fumar”, afirmó.

Desde que dejó de fumar, Rebecca tiene una nueva perspectiva sobre la vida. Comenzó a correr mientras sacaba a pasear a su nieto en el cochecito de bebé. Esto la ayudó a manejar el estrés y la depresión, y a no volver a fumar. Seis meses después de que empezó a correr, Rebecca participó en su primera carrera de 5 kilómetros. “Sorprendentemente quedé en el tercer lugar de mi grupo de edad. Eso me dio la confianza para seguir adelante”, dijo.

A medida que Rebecca comenzó a disfrutar de la vida sin cigarrillos, se sintió alentada por los cambios positivos y el progreso que ha logrado. Descubrió que no necesita los cigarrillos para lidiar con sus sentimientos, ni siquiera cuando la vida le baje el ánimo. “Correr se convirtió en lo que me hace sentir mejor. Cuando tengo un mal día o me siento un poco estresada, simplemente salgo a correr y me vuelvo a encarrilar”, dijo.

Rebecca estaba tan entusiasmada con su nuevo comienzo que completó el curso de certificación para ser entrenadora personal, lo cual la ayudó a aprender aún más acerca de cómo cuidar bien su salud. “Aprendí que tengo el poder para cambiar. Todo está dentro de mí”, dijo Rebecca.

Y en cuanto a los cigarrillos, Rebecca alienta a los demás a que dejen de fumar. “Se trata de asumir el control de tu vida y de saber lo que quieres hacer en la vida”, dice.