Prevención de lesiones por pinchazos (piquetes de aguja) en entornos clínicos
DHHS (NIOSH) publicación N.º 2000-108
noviembre de 1999
Riesgo de infección luego de una lesión por piquete
Luego de exposición a un paciente infectado como consecuencia de un piquete, el riesgo de infección de un trabajador sanitario depende del patógeno en cuestión, la condición inmunológica del trabajador, la gravedad de la lesión por piquete, y la disponibilidad y uso de la profilaxis adecuada luego de la exposición.
VIH
A fin de estimar la tasa de transmisión del VIH, se combinaron datos provenientes de más de 20 estudios de probabilidad a nivel mundial sobre trabajadores sanitarios expuestos a sangre infectada con el VIH a través de una lesión percutánea. En total, se registró un total de 21 infecciones luego de 6.498 episodios de exposición lo cual equivale a una tasa de transmisión promedio de 0,3% por lesión [Gerberding 1994; Ippolito et al. 1999]. Un estudio retrospectivo de control de casos de trabajadores sanitarios que habían tenido exposición percutánea al VIH determinó que el riesgo de transmisión del VIH aumentaba cuando el trabajador estaba expuesto a una gran cantidad de sangre del paciente, ya fuera (1) a través de un instrumento visiblemente cubierto de sangre, (2) durante un procedimiento en el que se introducía una aguja en una vena o arteria del paciente, o (3) si el trabajador sufría una herida profunda [Cardo et al. 1997]. Los datos preliminares sugieren que este tipo de lesiones por piquetes de alto riesgo podrían representar un riesgo mayor de transmisión por cada lesión [Bell 1997].
Se recomienda profilaxis del VIH luego de la exposición en el caso de los trabajadores sanitarios expuestos ocupacionalmente al VIH en algunas circunstancias [CDC 1998c]. Datos limitados sugieren que este tipo de profilaxis podría reducir considerablemente el riesgo de contraer la infección del VIH [Cardo et al. 1997]. Sin embargo, los medicamentos utilizados para la profilaxis posterior a la exposición al VIH tienen muchos efectos secundarios adversos [CDC 1998c]. En la actualidad no se cuenta con ninguna vacuna para la prevención de la infección por VIH, ni tampoco ningún tratamiento para curar la enfermedad [CDC 1998d].
VHB
La tasa de transmisión a los trabajadores sanitarios susceptibles oscila entre 6% y 30% luego de una sola exposición por piquete a un paciente infectado con el VHB [CDC 1997b]. Sin embargo, este tipo de exposición sólo representa un riesgo para los trabajadores sanitarios que no sean inmunes al VHB. Los trabajadores sanitarios que tengan anticuerpos al VHB ya sea por vacunación anterior a la exposición o por infección anterior no corren riesgos. Además, si un trabajador susceptible está expuesto al VHB, la profilaxis postexposición con inmunoglobulina de hepatitis B y la administración de la vacuna de la hepatitis es efectiva en más de un 90% de los casos para prevenir la infección de VHB.
VHC
Los estudios de seguimiento de los trabajadores sanitarios expuestos al VHC a través de un piquete u otra lesión percutánea han determinado que la incidencia de seroconversión anti VHC (lo cual indica infección) es de un promedio de 1,8% (rango, 0% a 7%) por lesión [Alter 1997; CDC 1998b]. En la actualidad no existe ninguna vacuna para prevenir la infección por VHC, y no se recomienda la inmunoglobulina ni la terapia antiviral como profilaxis luego de la exposición [CDC 1998b]. Sin embargo, continuamente cambian las recomendaciones para el tratamiento de las infecciones tempranas. Los trabajadores sanitarios que hayan sufrido exposición deben ser objeto de un seguimiento de seroconversión y recibir referencia para tratamiento médico en caso de que la seroconversión ocurra.
Resumen
Aunque la exposición al VHB plantea un riesgo elevado de infección, la administración de una vacuna antes de la exposición o la aplicación de profilaxis luego de la exposición puede reducir notablemente el riesgo. No sucede así con el VHC y el VIH. La prevención de los piquetes es el mejor enfoque para la prevención de estas enfermedades en los trabajadores sanitarios, y es un componente importante de cualquier programa de prevención en el lugar de trabajo de patógenos contenidos en la sangre.