Influencias del lugar de trabajo en los comportamientos obesogénicos de trabajadores de bajos ingresos en St. Louis, Misuri, 2013-2014
INVESTIGACIÓN ORIGINAL — Volume 12 — May 7, 2015
Jaime R. Strickland, MA; Galen Pizzorno, BS; Anna M. Kinghorn, MS; Bradley A. Evanoff, MD, MPH
Citación sugerida para este artículo: Strickland JR, Pizzorno G, Kinghorn AM, Evanoff BA. Worksite Influences on Obesogenic Behaviors in Low-Wage Workers in St Louis, Missouri, 2013–2014. Prev Chronic Dis 2015;12:140406. DOI: http://dx.doi.org/10.5888/pcd12.140406 .
PEER REVIEWED
Resumen
Introducción
Más de un tercio de los adultos en los Estados Unidos son obesos. No hay programas en el lugar de trabajo para reducir la obesidad y mejorar la salud general disponibles para todos los trabajadores, o no son accesibles para todos, en particular para los trabajadores de bajos ingresos, entre los cuales es más prevalente la obesidad. El objetivo del estudio fue identificar los factores y los comportamientos en el lugar de trabajo relacionados con la alimentación y el ejercicio que fueran modificables, a fin de generar futuras intervenciones en el lugar de trabajo para mejorar la salud.
Métodos
Distribuimos encuestas impresas y en línea a 2 grupos de trabajadores de bajos ingresos: empleados de hospitales y trabajadores de tiendas minoristas, en el lugar de trabajo de cada uno. Las encuestas evaluaban la obesidad, los comportamientos obesogénicos, los factores del lugar de trabajo y la participación de los trabajadores en los programas de salud en el lugar de trabajo (workplace health programs, WHP). Se realizaron análisis descriptivos y de regresión para examinar los factores del lugar de trabajo relacionados con los comportamientos obesogénicos.
Resultados
Se completó un total de 529 encuestas (219 de empleados de hospitales y 310 de trabajadores de tiendas minoristas). Más del 40 % de los trabajadores eran obesos y el 27 % tenía sobrepeso. En general, los trabajadores llevaban dietas alimentarias deficientes (con un consumo frecuente de alimentos con azúcar y de alto contenido de grasas) y realizaban poca actividad física (solo el 30.9 % cumplía con las pautas recomendadas de actividad física). El acceso a programas de salud en el lugar de trabajo y el acceso a estos variaba de manera significativa entre los empleados de hospitales y los trabajadores de tiendas minoristas. Identificamos varios factores del lugar de trabajo que se pueden modificar, como la fuente de alimentos y el horario de trabajo, los cuales estaban relacionados con la alimentación, el ejercicio o la participación en los programas de salud en el lugar de trabajo.
Conclusión
Este estudio demuestra la alta prevalencia de obesidad y comportamientos obesogénicos en 2 grupos de trabajadores de bajos ingresos. Las diferencias entre ambos grupos de trabajadores indicaron que cada grupo tenía factores facilitadores y barreras para la alimentación saludable y la actividad física que eran únicos. Saber cómo los factores socioeconómicos, demográficos y laborales influyen en la salud ayudará a identificar las poblaciones de alto riesgo objeto de intervenciones y a diseñar intervenciones individualizadas y relevantes para las audiencias específicas.
Introducción
Más de un tercio de los adultos en los Estados Unidos son obesos (1), y la obesidad es uno de los factores que más contribuyen al aumento de costos médicos y a la pérdida de productividad (2-4). La obesidad está asociada con bajos ingresos y bajos niveles de educación, incluso luego de controlar otros factores de riesgo (4, 5). Incluso la pérdida de peso leve está relacionada con mejores resultados de salud en las afecciones como la diabetes (6, 7) y, en la actualidad, muchas pautas basadas en la evidencia recomiendan intervenciones en el estilo de vida para controlar el peso y prevenir la diabetes (8, 9). Los programas de bienestar en el lugar de trabajo que incorporan actividades para controlar el peso son cada vez más comunes (3) y pueden resultar eficaces para llegar a las poblaciones de bajos ingresos (4, 10, 11).
Los trabajadores de bajos ingresos tienen menos acceso a los programas de bienestar en el lugar de trabajo y tienen menos probabilidades de usarlos, lo cual crea una disparidad en la salud que se suele pasar por alto (10, 12, 13). Además, los empleos con salarios bajos a menudo implican empleos con turnos de trabajo, horarios irregulares y poca autonomía sobre el horario de trabajo (2), lo cual puede contribuir a tener comportamientos obesogénicos. Sin embargo, la mayoría de los programas existentes en el lugar de trabajo no abordan estos factores (3, 14-16). Comprender de qué manera el lugar de trabajo influye en la obesidad y cómo se pueden utilizar las estructuras existentes para cambiar los comportamientos será de utilidad para crear programas de bienestar que sean más eficaces y centrados en el tratamiento de la obesidad y la disminución de las disparidades en la salud (3, 10).
Este estudio examinó algunos factores determinantes en el lugar de trabajo que dan lugar a comportamientos obesogénicos en 2 grupos de trabajadores de bajos ingresos. Asimismo, examinamos factores relacionados con la participación en los programas de salud en el lugar de trabajo (WHP) existentes. El objetivo del estudio fue identificar los factores y los comportamientos en el lugar de trabajo relacionados con la alimentación y el ejercicio que fueran modificables, a fin de generar futuras intervenciones en el lugar de trabajo para mejorar la salud.
Métodos
Población del estudio y reclutamiento
Para reclutar a los participantes trabajamos con un sistema de atención médica grande y 2 divisiones locales de un sindicato nacional de trabajadores de tiendas minoristas. El sistema de atención médica y el sindicato representan extensos segmentos de rápido crecimiento de la fuerza laboral de bajos ingresos, y ambas entidades expresaron su interés por mejorar sus esfuerzos de bienestar en el lugar de trabajo. Los trabajadores fueron reclutados y entrevistados desde noviembre del 2013 hasta junio del 2014. Nos centramos en departamentos hospitalarios con una alta proporción de empleados de bajos ingresos, como trabajadores de servicios de limpieza y alimentación, técnicos de atención de pacientes y secretarios de unidades; los empleados de tiendas minoristas pertenecían principalmente a 3 cadenas de tiendas regionales. Intentamos reclutar a todos los trabajadores dentro de los departamentos, tiendas y sindicatos específicos y trabajamos con supervisores, gerentes de tiendas y líderes sindicales para que estos distribuyeran los paquetes de encuestas impresas. Los paquetes incluían una carta de reclutamiento, un formulario de consentimiento y una encuesta. Los participantes podían entregar las encuestas impresas personalmente a un miembro del equipo de investigación en un lugar y horario específicos, o podían enviarlas por correo en el sobre prepago; y recibían compensación por su tiempo. Se ofreció una pequeña cantidad de encuestas en línea a los empleados de hospitales que realizaban tareas informáticas. Todos los participantes eran mayores de 18 años y hablaban inglés. Este estudio fue aprobado por la Junta de Revisión Institucional de la Universidad de Washington.
Creación y administración de las encuestas
La encuesta evaluó diferentes ámbitos, como los datos demográficos, las características del empleo y el ambiente laboral (por ejemplo, el horario de trabajo, el sueldo, la ayuda social y la importancia que le dan los empleadores a la salud de los trabajadores), la disponibilidad y la participación en los WHP, comportamientos relacionados con la salud (por ejemplo, la alimentación, la actividad física y la predisposición para cambiar tales comportamientos) y el estado de salud (por ejemplo, la altura, el peso, la salud general y las afecciones). Para calcular los 3 principales resultados de la alimentación, la actividad física y la participación en los WHP, usamos herramientas de encuesta bien establecidas: la Evaluación rápida de alimentación para participantes, versión corta (Rapid Eating Assessment for Participants Short Version, REAP-S) (17); la Evaluación de 2 preguntas sobre actividad física (18) y 16 ítems de la Encuesta sobre el equilibrio entre el lugar de trabajo y la energía (Worksite and Energy Balance Survey, WEBS) para medir la disponibilidad y participación en los WHP (como ferias de salud, programas y centros de actividad física e incentivos para ir caminando o en bicicleta al trabajo) (19). La encuesta también incluyó el cuestionario SF-8 para medir el estado de salud (20), las Escalas de apoyo de supervisores y compañeros de trabajo del Cuestionario sobre contenido del trabajo (21), preguntas de la encuesta WEBS para determinar las fuentes de alimento en el trabajo, una pregunta del Cuestionario sobre empleos de la Encuesta nacional para la evaluación de la salud y la nutrición (22), a fin de evaluar los horarios de trabajo, y una versión revisada de la Encuesta breve sobre ejercicios físicos de Stanford, para determinar la actividad física que se realiza en el trabajo (23). La voluntad para cambiar los comportamientos relacionados con la alimentación se midió con una pregunta de la REAP-S; creamos una pregunta similar para la actividad física. Antes de entregar la encuesta, realizamos pruebas piloto con esta entre los trabajadores tanto de hospitales como de tiendas minoristas para garantizar la claridad, la relevancia y facilidad de lectura. Los participantes tomaron aproximadamente 15 a 20 minutos en completar la encuesta.
Análisis de datos
Se calculó el índice de masa corporal (IMC) (peso en kg/altura en m2) con los datos autorreportados de estatura y peso. Los puntajes totales del Cuestionario sobre contenido del trabajo y los puntajes de bienestar físico y mental de SF-8 se calcularon mediante los procedimientos publicados (20, 21). Para evaluar las fuentes de alimento en el trabajo, los participantes informaron la cantidad de días que llevaron comida de su casa, compraron comida en el lugar de trabajo o compraron comida para llevar para comer en el trabajo. Como los trabajadores frecuentemente llevaban y compraban comida el mismo día, evaluamos las fuentes de alimento de 2 maneras: 1) categorizamos como fuente principal de alimento a la fuente que se usaba más del 60 % del tiempo, y 2) calculamos la proporción de tiempo que los trabajadores usaron cada fuente. Se compararon los grupos de trabajo con el método Pearson ?2 y el análisis de varianza (ANOVA); se evaluó la significancia en p = 0.05.
Examinamos los posibles predictores de 3 resultados: la alimentación, el ejercicio y la participación en WHP. Para evaluar la alimentación, usamos el puntaje total de la REAP-S (17), que refleja la frecuencia con la que el participante adopta comportamientos de alimentación saludables y no saludables. Los puntajes iban de 13 a 39; los puntajes más bajos indicaban conductas más saludables. También examinamos los valores de las subescalas de la REAP-S en cuanto al consumo de alimentos grasos y con azúcar. Para categorizar a las personas entre personas que realizaban el nivel recomendado de actividad física y personas que no lo hacían (24), calculamos la cantidad total de minutos de actividad física realizada por semana según las respuestas de las 2 preguntas sobre actividad física. La participación en WHP y la disponibilidad de estos se calculó como una respuesta positiva de participación en 1 de los 16 programas incluidos en el cuestionario.
Se realizó una prueba Student’s t sobre los indicadores dicotómicos del puntaje total de la REAPS-S y se llevaron a cabo correlaciones de Spearman entre los predictores de intervalo y orden. Se implementó la regresión logística univariable para los predictores de ejercicio y participación en WHP, lo cual dio oportunidades relativas e intervalos de confianza del 95 %. Para cada resultado, los predictores significativos (p = 0.05) de los análisis univariables se incluyeron en modelos multivariables. Analizamos el puntaje total de la REAP-S al usar la regresión multivariable ordinaria por mínimos cuadrados y utilizamos la regresión logística multivariable para analizar el ejercicio y la participación en WHP. Los análisis se realizaron usando el software SPSS versión 20 y R versión 3.1.0 de IBM (IBM Corporation).
Resultados
Un total de 219 empleados de hospitales (30.0 % la tasa de respuesta) y 310 trabajadores de tiendas minoristas (57.5 % de la tasa de respuesta) completaron la encuesta. El salario promedio por hora fue de $11.26; 46 % de los encuestados tenían ingresos familiares anuales por debajo de $30.000 ( Tabla 1). El IMC promedio fue de 29.5 (desviación estándar [DE], 7.2), el 67.8 % de los encuestados tenía un IMC por encima de 25 y el 41.1 % eran obesos (IMC = 30). Este último porcentaje fue mayor a la prevalencia nacional de 34.9 % correspondiente al período 2011–2012 (1). Casi la mitad de los encuestados indicó que tenía 1 o más de las siguientes enfermedades: hipertensión, artritis, colesterol alto o diabetes. Los valores de la salud mental y física, según se demuestra en los puntajes de la Encuesta SF-8, fueron apenas peores que los valores de la población general de los Estados Unidos (25).
Comportamientos obesogénicos
La población general presentó un puntaje total de 25.5 (DE, 4.5) en la REAP-S, lo cual indició que muchos encuestados tenían hábitos no saludables de alimentación. En comparación con los participantes no obesos, los participantes obesos tuvieron puntajes significativamente más altos en la REAP-S (25.1 contra 26.0, p = 0.04) y en la subescala de alimentos grasos (8.0 contra 8.4, p = 0.047); en la subescala de alimentos con azúcar no hubo una diferencia importante. Las fuentes de las comidas en el trabajo variaron enormemente; alrededor del 23.3 % llevaba principalmente la comida de la casa, el 38.8 % principalmente compraba la comida en el trabajo, el 24 % llevaba la comida algunas veces y otras veces la compraba y el 13.1 % normalmente no comía en el trabajo.
En general, solo el 30.9 % indicó que realizaba el nivel recomendado de ejercicio, lo cual es más bajo que el 46.1 % que se encuentra en una muestra nacional (26). Los trabajadores obesos tenían menos probabilidades de hacer los niveles recomendados de ejercicio que los trabajadores no obesos (23.8 % contra 35.8 %, p = 0.006). Más de un tercio (35.7 %) indicó que pasaba la mayor parte de la jornada laboral sentado o parado, mientras que el 28.7 % dijo que pasaba la mayor parte del día caminando, el 28.9 % dijo que pasaba la mayor parte del día levantando o empujando objetos pesados o moviendo la mayor parte del cuerpo y el 4.3 % dijo que realizaba trabajo físico pesado la mayor parte del día.
La mayoría de los participantes mostró disposición para cambiar tanto los hábitos de alimentación como de actividad física para ser más saludables (reportaron al menos un 4 en una escala del 1 al 5, donde 1 indica “no estar para nada dispuesto” y 5 indica “estar muy dispuesto” a realizar cambios); muchos participantes indicaron que ya habían cambiado los hábitos de alimentación o de actividad física en el último año debido a razones de salud.
Ambiente laboral
Más de la mitad (55.8 %) de los encuestados no trabajaba regularmente turnos de trabajo diurnos y el 32.4 % indicó que tenía horarios irregulares de trabajo. En general, los participantes sentían que sus supervisores y compañeros de trabajo les daban apoyo, según lo indicado por los puntajes altos en las escalas del apoyo de supervisores y compañeros de trabajo. Además, la mayoría de los trabajadores estaban de acuerdo o muy de acuerdo en que sus compañías valoraban tener empleados saludables. La participación en cualquier WHP fue de 36.7 %; entre los encuestados que informaron que les ofrecían WHP, el índice de participación fue del 54.8 %. La disponibilidad de WHP no estaba asociada con índices de obesidad más bajos, pero quienes participaban en 1 o más programas tenían menos probabilidades de ser obesos que aquellos que no participaban (49.7 % contra 60.7 %).
Predictores de alimentación saludable
En los análisis univariables, los puntajes más bajos en la REAP-S, (es decir, una dieta más saludable) se asociaron con mayor edad, salario más alto, mayor cantidad de horas trabajadas, mayor porcentaje de ocasiones en que la comida se llevaba de la casa, tener algo de estudios universitarios, participación en un WHP y trabajar dentro del sistema hospitalario en vez del sector minorista ( Tabla 2). Formar parte de una minoría, los turnos de trabajo no diurnos, los horarios irregulares y un mayor porcentaje de ocasiones de compra de comida en el trabajo o de comida para llevar fueron factores relacionados con una alimentación menos saludable. Los modelos multivariables finales tenían un valor R 2 para el puntaje total del REAP-S de 0.24 para todos los trabajadores ( Tabla 3). Llevar comida de la casa fue el predictor más contundente de una alimentación saludable para todos los trabajadores. La mayor edad, los salarios más bajos, no formar parte de una minoría, tener algo de estudios universitarios y participar en un WHP también fueron predictores de una alimentación saludable.
Predictores de ejercicio
Se encontraron menos predictores de ejercicio mediante el análisis univariable (Tabla 2). Para todos los trabajadores, tener menor edad, mayor tasa de ocasiones de llevar la comida de la casa, menor tasa de comprar la comida, mayor actividad física en el trabajo y participar en WHP fueron todos predictores significantes de ejercicio. En el modelo de regresión logística multivariable, solo la actividad física en el trabajo y la participación en WHP fueron predictores significantes de ejercicio para todos los trabajadores (Tabla 3).
Predictores de WHP
Los análisis de regresión logística univariables para los 354 trabajadores que informaron que su compañía les ofrecía 1 o más WHP demostraron que la menor edad, ser mujer, formar parte de una minoría y trabajar para hospitales resultaron predictores de participación en WHP, mientras que trabajar en turnos no diurnos y tener horarios de trabajo irregulares se asociaron con la no participación (Tabla 2). En el modelo multivariable para todos los trabajadores, la menor edad, formar parte de una minoría y ser trabajador de un hospital fueron factores predictores de la participación en WHP.
Diferencias entre los grupos
Varias de las diferencias que existen entre los grupos de trabajo podrían servir para futuras intervenciones. La tabla 1 muestra las comparaciones entre los empleados de hospitales y los trabajadores de tiendas minoristas. Los trabajadores de tiendas minoristas tenían más probabilidades de trabajar en turnos no diurnos, tener horarios irregulares y estar sentados o parados en 1 lugar la mayor parte del día en comparación con los empleados de hospitales (Tabla 1). Los empleados de hospitales tenían más probabilidades de creer que su compañía valoraba tener trabajadores saludables, en comparación con los trabajadores de tiendas minoristas. Los empleados de hospitales también reportaron mayor disponibilidad de WHP. En la Tabla 2 se especifican las asociaciones univariables significativas (p = 0.05) con la dieta, el ejercicio y la participación en WHP de los empleados de hospitales y de los trabajadores de tiendas minoristas.
Los valores R2 de los modelos multivariables predictores del puntaje general de la REAP-S fueron de 0.26 para los empleados de hospitales y de 0.22 para los trabajadores de tiendas minoristas. En el caso de los empleados de hospitales, llevar la comida de la casa y no formar parte de una minoría fueron factores asociados con una alimentación más saludable; en el caso de los empleados de tiendas minoristas, los factores de una alimentación más saludable fueron llevar la comida de la casa, participar en un WHP, tener menor edad y no formar parte de una minoría (Tabla 3).
En los modelos multivariables, la participación en WHP fue el único predictor significativo de ejercicio en los trabajadores de tiendas minoristas (oportunidad relativa [OR] 2.16, p = 0.03); no hubo predictores significativos de ejercicio en los empleados de hospitales. Si bien la participación en cualquier WHP no fue un predictor significativo de ejercicio en los empleados de hospitales, la participación en 4 programas estaba relacionada con el ejercicio en estos trabajadores: programas de ejercicio en el lugar de trabajo (OR, 3.12; p = 0.04), membresías en gimnasios con precios reducidos (OR, 4.30; p = 0.008), carteles que recomiendan el uso de las escaleras (OR, 4.35; p = 0.02) y folletos o un póster que recomiendan comportamientos saludables (OR, 3.00; p = 0.009).
Discusión
Nuestro grupo de estudio de trabajadores de bajos ingresos tenía una salud levemente peor que la población general de los Estados Unidos, pero esto probablemente sea una característica típica de los trabajadores de bajos ingresos en los Estados Unidos. Los comportamientos obesogénicos, como llevar una alimentación con alto contenido de grasa y hacer actividad física poco frecuentemente, fueron comunes y se relacionaron con malos resultados para la salud (es decir, en altos porcentajes de obesidad y enfermedades). A pesar de sus comportamientos obesogénicos, la mayoría de los trabajadores indicaron que estaban dispuestos a cambiar sus hábitos de alimentación y actividad física para ser más saludables. Las intervenciones ofrecidas por empleadores o sindicatos podrían ayudar a los trabajadores a lograr el comportamiento deseado y alcanzar un peso saludable.
Identificamos varios factores del lugar de trabajo que se pueden modificar y que están relacionados con la dieta. Las fuentes de comida fueron el predictor más contundente de la alimentación; llevar la comida de la casa se asoció con mayor frecuencia a una alimentación más saludable mientras que comprar comida en el lugar de trabajo se relacionó con una alimentación no saludable. Preparar la comida con anticipación podría permitirles a los trabajadores planear opciones saludables de comidas en vez de comprar comida no saludable de manera espontánea cuando tienen hambre o poco tiempo. Asimismo, llevar la comida de la casa puede ayudar a controlar las porciones, ya que la comida de comedores o restaurantes a menudo se vende en porciones grandes. Los empleadores pueden incentivar a los empleados a que lleven su propia comida al trabajo al proporcionar hornos de microondas y refrigeradores, organizar comidas compartidas saludables (potluck) y ofrecer sugerencias de recetas saludables y consejos para planificar comidas sencillas. Como alternativa, los empleadores podrían ofrecer opciones de alimentos más saludables para la compra, que sean muy visibles, estén rápidamente listos sean de bajo costo. Los horarios de trabajo irregulares, los turnos no diurnos y la no participación en WHP también fueron predictores de una dieta no saludable; todos estos factores constituyen posibles áreas de intervención.
De acuerdo con hallazgos anteriores, nuestros resultados indicaron que la participación en un WHP estaba asociada con una mayor cantidad de actividad física fuera del trabajo (11); y una mayor cantidad de actividad física en el trabajo también fue un predictor de cumplir con las recomendaciones de ejercicio semanal. Este estudio tuvo limitada capacidad de detectar predictores significativos para cada grupo de trabajo. Sin embargo, cabe destacar 1 diferencia: las horas trabajadas resultaron en asociaciones opuestas en los 2 grupos de trabajo. Trabajar más horas por semana fue asociado de manera positiva con el ejercicio en el caso de los empleados de hospitales, pero fue asociado de manera negativa en el caso de trabajadores de tiendas minoristas, aunque esta asociación no fue significativa para estos trabajadores. La regularidad de los horarios de trabajo puede explicar parcialmente este hallazgo, ya que muchos de los trabajadores de tiendas minoristas que participaron en este estudio indicaron tener horarios irregulares. Entre los trabajadores con horarios irregulares, aquellos que cumplían con las pautas recomendadas de actividad física trabajaban menos horas que aquellos que no lo hacían (32.6 frente a 36.1 horas, p = 0.03); no hubo asociaciones significativas en el caso de los trabajadores con horarios regulares. Por lo tanto, es posible que la combinación de horarios irregulares y más horas de trabajo interfieran en la actividad física. Además, los horarios irregulares pueden influenciar la capacidad de planificar con anticipación y de mantener rutinas de alimentación y ejercicio. Los horarios de trabajo irregulares e impredecibles son cada vez más comunes para los trabajadores de tiendas minoristas, lo cual supone una carga particular para los empleados de bajos ingresos (27). Las investigaciones futuras deben examinar las consecuencias para la salud de los horarios irregulares.
Las diferencias observadas entre los empleados de hospitales y los trabajadores de tiendas minoristas destacan la complejidad de la obesidad y de los cambios en los comportamientos, así como la necesidad de enfoques individualizados para los programas de salud en el lugar de trabajo. Diseñar programas adaptados a las necesidades de los empleados puede dar lugar a un mayor alcance y a la adopción de intervenciones que, en última instancia, producen cambios de comportamiento. Una manera de crear intervenciones que sean relevantes para un grupo de trabajo es usar un enfoque participativo en el que los trabajadores recomienden los tipos de intervenciones que pueden ser útiles y que les puedan resultar interesantes. Este enfoque ha tenido éxito en intervenciones de seguridad y ergonomía, pero ha sido estudiado o probado poco en intervenciones de comportamientos relacionados con la salud en el lugar de trabajo (28). Los factores socio-económicos y demográficos desempeñan un rol importante en los comportamientos relacionados con la salud y el estado de salud. Si bien los empleadores pueden centrar los esfuerzos de los WHP en las poblaciones de alto riesgo, las mejoras de salud entre los trabajadores de bajos ingresos podrían requerir, en último caso, cambios más sistemáticos, como mejores salarios y beneficios, horarios de trabajo más regulares y tiempo de compensación por participar en actividades de salud (29).
Nuestro estudio tiene varias limitaciones. En primer lugar, las tasas de respuesta en ambos grupos fueron bajas debido a las limitaciones de nuestros métodos de reclutamiento y seguimiento. Algunos gerentes nos permitieron hablar directamente con los trabajadores, pero la mayoría solo entregó la encuesta y los recordatorios en nuestro nombre. En segundo lugar, todos los datos fueron autorreportados por los trabajadores y podrían reflejar mala memoria o sesgo de deseabilidad social. Las preguntas relacionadas con los ofrecimientos en cuanto a WHP medían el conocimiento de los trabajadores acerca de la disponibilidad de estos programas. Los informes de los trabajadores de tiendas minoristas de pocos ofrecimientos de WHP por lo general eran precisos; los empleados de hospitales tenían más WHP disponibles pero, a menudo, no tenían conocimiento de los programas que tenían a su disposición. Una mejora en la comunicación podría ser una medida eficaz para que se conozcan más los programas y, en consecuencia, aumente la participación. En tercer lugar, la escala de la REAP-S fue diseñada para usarse en entornos clínicos y no en estudios de población general. Elegimos esta medida porque es breve, está diseñada para las personas con bajo nivel de alfabetización (17) y evalúa el cumplimiento con las pautas de alimentación. Si bien es más limitada que otros cuestionarios más largos sobre la alimentación, mide conductas saludables y no saludables específicas que podrían ser objeto de intervención. De manera similar, elegimos 2 preguntas simplificadas para medir el ejercicio para no abrumar a los participantes con una encuesta extensa. En consecuencia, encontramos algunos predictores significativos de ejercicio, lo cual puede ser el resultado de haber usado una medida no sensible. En cuarto lugar, nuestra encuesta breve no indagó sobre muchos factores de riesgo importantes de la obesidad y comportamientos obesogénicos; se exploraron algunos de estos factores en un análisis cualitativo de estas poblaciones; el informe se hace por separado (30). Finalmente, algunos de los hallazgos de nuestro estudio probablemente sean particulares para cada sector y no puedan ser generalizados en otras poblaciones de bajos ingresos.
En resumen, nuestro estudio destaca la alta prevalencia de la obesidad y los comportamientos obesogénicos entre los 2 grupos de trabajadores de bajos ingresos y describe las influencias del lugar de trabajo en los comportamientos saludables. Las diferencias entre los grupos sugieren que las intervenciones se deben adaptar a los diferentes grupos de trabajadores. A partir de estos resultados, hace poco comenzamos una intervención en base al Programa de Participación para una Fuerza Laboral Saludable (Healthy Workforce Participatory Program) (31) en una tienda minorista con la que trabajamos en este proyecto. Usaremos datos cualitativos previos (Strickland et ál, datos no publicados, agosto del 2014) y los resultados de este estudio para diseñar una intervención participativa para un grupo de trabajadores. Esta intervención obtendrá comentarios de los trabajadores para hacer cambios en el lugar de trabajo que apoyen comportamientos saludables.
Agradecimientos
Este estudio fue respaldado por el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases, NIDDK) que pertenece a los Institutos Nacionales de la Salud (National Institutes of Health, NIH), P30DK092950; el Centro de Investigación Aplicada de Diabetes de la Universidad de Washington (Washington University Center for Diabetes Translation Research, WU-CDTR) y por la Subvención del Instituto de Ciencias Clínicas y Aplicadas (Institute of Clinical and Transitional Sciences Award) de la Universidad de Washington, UL1 TR000448, que pertenece al Centro Nacional para el Avance de las Ciencias Aplicadas (National Center for Advancing Translational Sciences, NCATS) de NIH. G. Pizzorno recibió una asignación de la beca de capacitación T35 (5 T35 HL007815) del Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (National Heart, Lung, and Blood Institute) de NIH. El contenido de este artículo es responsabilidad exclusiva de los autores y no necesariamente representa la visión oficial de WU-CDTR, NIDDK, NCATS o NIH. Agradecemos el apoyo del Instituto de Salud Pública de la Universidad de Washington por patrocinar, junto con WU-CDTR, el evento “Próximos Pasos en la salud Pública” (Next Steps in Public Health) que dio lugar a este artículo.
Author Information
Autor responsable de la correspondencia: Jaime R. Strickland, MA, Division of General Medical Sciences, Washington University School of Medicine, 660 S. Euclid Ave, Box 8005, St. Louis, MO 63110. Teléfono: 314-454-7337. Correo electrónico: jstrickl@dom.wustl.edu.
Afiliaciones del autor: Galen Pizzorno, Anna M. Kinghorn, Bradley Evanoff, Washington University School of Medicine, St. Louis, Missouri.
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Tablas
Tabla 1. Datos demográficos, estado de salud y posibles predictores de comportamientos obesogénicos en empleados de hospitales y trabajadores de tiendas minoristas de bajos ingresos, St. Louis, Misuri, 2013-2014
Información demográfica | Todos los trabajadores (n = 529)a | Trabajadores en hospitales (n = 219)a | Trabajadores de tiendas minoristas (n = 310)a | Valor de p |
---|---|---|---|---|
Edad, media (DE), años | 43.0 (14.9) | 41.8 (13.9) | 43.8 (15.5) | 0.14 |
Mujer | 66.0 | 76.7 | 58.4 | < 0.001 |
Grupos raciales o étnicos minoritarios | 50.6 | 63.6 | 41.4 | < 0.001 |
Algunos estudios universitarios | 58.8 | 58.7 | 58.9 | 0.97 |
Salario por hora, promedio, $ | 11.26 | 11.00 | 11.70 | 0.87 |
Ingresos familiares < $30.000/año | 46.5 | 56.9 | 39.1 | < 0.001 |
Estado de salud | ||||
IMC, promedio (DE), kg/m2 | 29.5 (7.2) | 30.5 (7.6) | 28.7 (6.9) | 0.005 |
Peso normal (IMC < 25.0) | 32.2 | 27.4 | 35.5 | 0.05 |
Sobrepeso (IMC 25.0-29.9) | 26.7 | 21.9 | 30.2 | 0.03 |
Obesidad (IMC = 30.0) | 41.1 | 50.7 | 34.2 | < 0.001 |
Fumador actual | 16.6 | 12.8 | 19.3 | 0.05 |
Puntaje físico de la encuesta SF-8, promedio (DE) | 49.1 (8.4) | 48.7 (8.6) | 49.3 (8.3) | 0.39 |
Puntaje mental de la encuesta SF-8, promedio (DE) | 49.0 (10.3) | 49.5 (10.3) | 48.7 (10.3) | 0.38 |
Diabetes | 9.8 | 12.3 | 8.1 | 0.11 |
Hipertensión | 21.9 | 25.6 | 19.4 | 0.09 |
Colesterol alto | 17.0 | 18.7 | 15.8 | 0.38 |
Artritis | 21.0 | 23.3 | 19.4 | 0.27 |
Tiene = 1 afecciones nombradas más arribab u otras enfermedades | 48.0 | 49.3 | 47.1 | 0.62 |
Tiene = 2 afecciones nombradas más arribab u otras enfermedades | 21.7 | 24.7 | 19.7 | 0.17 |
Faltó al trabajo debido a un problema de salud en las últimas 4 semanas | 13.2 | 15.5 | 11.5 | 0.18 |
Alimentación | ||||
Puntaje de la REAP-S, promedio (DE) | 25.5 (4.5) | 25.0 (4.5) | 25.9 (4.5) | 0.03 |
A menudo consume bebidas con azúcar y/o alimentos dulces | 45.8 | 39.7 | 50.0 | 0.02 |
Consume alimentos grasos frecuentemente | 55.5 | 55.6 | 55.4 | 0.96 |
Lleva la comida de la casa | 23.3 | 27.1 | 20.6 | 0.08 |
Compra la comida en el trabajo | 38.8 | 36.9 | 40.2 | 0.45 |
No come regularmente en el trabajo | 13.1 | 8.4 | 16.3 | 0.008 |
Nivel de actividad | ||||
Realiza el nivel recomendado de ejercicio | 30.9 | 40.8 | 35.5 | 0.22 |
Está parado o sentado en el trabajo | 35.7 | 29.0 | 40.3 | 0.009 |
Ambiente laboral | ||||
Horas trabajadas por semana, promedio (DE) | 36.8 (9.5) | 38.9 (7.6) | 35.3 (10.3) | < 0.001 |
Turnos de trabajo no diurnos | 55.8 | 45.4 | 63.2 | < 0.001 |
Horarios irregulares | 32.4 | 6.0 | 51.3 | < 0.001 |
Puntaje de las escalas de apoyo de supervisores y compañeros de trabajo (21), promedio (DE) | 23.3 (4.3) | 22.9 (4.7) | 23.6 (3.9) | 0.06 |
La compañía valora la salud de los trabajadores | 78.7 | 85.4 | 74.1 | 0.002 |
Se ofrecen uno o más WHP | 66.9 | 92.2 | 49.0 | < 0.001 |
Participó en = 1 WHP | 54.8 | 73.8 | 29.6 | < 0.001 |
Tabla 2. Resultados univariables de los predictores de alimentación, ejercicio y participación en programas de salud en el lugar de trabajo entre empleados de hospitales y trabajadores de tiendas minoristas de ingresos bajos, aSt. Louis, Misuri, 2013–2014
Predictor | Dieta (puntaje de la REAP-S) (n = 529) | Nivel recomendado de ejercicio (n = 529) | Participó en 1 o más WHP (si se ofrecían) (n = 354) |
---|---|---|---|
r de Spearman (valor de p) | Oportunidad relativa de regresión logística (valor de p) | Oportunidad relativa de regresión logística (valor de p) | |
Edad | -0.19 (< 0.001)b | 0.98 (0.004)b | 0.98 (0.01)b |
Salario | -0.17 (0.001)b,c | 0.97 (0.13) | 1.00 (0.96)b |
Horas trabajadas por semana | -0.14 (0.002)b | 1.00 (0.74)c | 1.02 (0.16) |
Apoyo social en el trabajo | 0.03 (0.57) | 1.04 (0.14) | 1.01 (0.71) |
Lleva la comida de la casa, tasa | -0.33 (< 0.001)b,c | 2.01 (0.02)c | 1.16 (0.65) |
Compra la comida, tasa | 0.28 (< 0.001)b,c | 0.49 (0.02)c | 0.94 (0.84) |
Compra comida para llevar, tasa | 0.13 (0.006)c | 0.98 (0.98) | 0.62 (0.54) |
Diferencia en puntaje medio (valor de p) | |||
Mujer | -0.73 (0.09)c,d | 0.67 (0.051) | 1.68 (0.02) |
Grupos raciales o étnicos minoritarios | 2.13 (< 0.001)b, c,d | 1.42 (0.08) | 2.11 (0.001)b |
Algunos estudios universitarios | -1.09 (0.01)c,d | 1.18 (0.40) | 0.82 (0.37) |
Trabajador de hospital | -0.9 (0.03)d | 1.26 (0.24) | 6.69 (< 0.001) |
Turnos de trabajo no diurnos | 0.98 (0.02)d | 1.25 (0.27) | 0.48 (0.001) |
Horarios irregulares | 0.94 (0.03)d | 0.77 (0.22) | 0.24 (< 0.001) |
Actividad física en el trabajo | 0.57 (0.12)d | 1.82 (0.01)b | 1.17 (0.49) |
La compañía valora la salud | -0.65 (0.19)d | 1.42 (0.16) | 1.27 (0.39) |
WHP ofrecidos | -0.82 (0.06)d | 1.10 (0.64) | N/C |
Participaba en WHP | -1.32 (0.002)b, d | 1.79 (0.004)b | N/C |
Tabla 3. Resultados de regresión multivariable de predictores de alimentación, ejercicio y participación en programas de salud en el lugar de trabajo, St. Louis, Misuri, 2013–2014
Predictores | Valor |
---|---|
Alimentacióna | |
Edad | -0.05 (0.006) |
Salario | 0.09 (0.03) |
Horas trabajadas por semana | -0.03 (0.29) |
Lleva la comida de la casa, tasa | -3.43 (< 0.001) |
Compra comida para llevar, tasa | -1.96 (0.32) |
Grupos raciales o étnicos minoritarios | 2.27 (< 0.001) |
Algunos estudios universitarios | -0.91 (0.04) |
Trabajador de hospital | -0.10 (0.85) |
Turno de trabajo no diurno | 0.51 (0.27) |
Participaba en WHP | -1.44 (0.006) |
Ejerciciob | |
Edad | 0.98 (0.97–1.00) |
Compra la comida, tasa | 0.66 (0.13–3.40) |
Lleva la comida de la casa, tasa | 1.73 (0.34-8.85) |
Actividad física en el trabajo | 1.69 (1.06-2.72) |
Participaba en WHP | 1.67 (1.08-2.60) |
Participación en WHPb | |
Edad | 0.98 (0.096–0.99) |
Mujer | 1.09 (0.63-1.89) |
Grupos raciales o étnicos minoritarios | 1.73 (1.06-2.85) |
Trabajador de hospital | 5.09 (2.77-9.38) |
Turnos de trabajo no diurnos | 0.67 (0.37-1.22) |
Horarios irregulares | 0.79 (0.36-1.71) |
The opinions expressed by authors contributing to this journal do not necessarily reflect the opinions of the U.S. Department of Health and Human Services, the Public Health Service, the Centers for Disease Control and Prevention, or the authors’ affiliated institutions.